Negociar con el Dragón

19 enero, 2013

José Bekinschtein, economista y ex consejero económico de la Embajada argentina en Beijing, acaba de publicar el libro “China, un mundo para negocios”. En un artículo escrito para la revista Mercado, el experto ofrece un adelanto y expresa que el “valor agregado” buscado en su trabajo, en el contexto de varias publicaciones sobre cómo hacer negocios con el gigante asiático, es que en general esas investigaciones abarcan experiencias de países donde el clima de negocios, el soporte al acceso internacional de las empresas locales y el tamaño y capacidad media de las compañías son muy distintos a los que imperan en el medio argentino. Como dice el economista Daniel Larriqueta en la contratapa del libro –publicado por la editorial del Consejo de Profesionales de Ciencias Económicas-, la obra propone una gran entrada en China y los pasos para generar negocios.

 


Según el artículo de Bekinschtein, para la gran mayoría de chinos interesados en la economía y los negocios “las grandes corporaciones industriales son estadounidenses, el diseño es italiano, los equipos son alemanes y los lácteos son de Nueva Zelanda. El esfuerzo de instalación del conocimiento previo acerca del producto y de las empresas es, por tanto muy distinto de cuando esa imagen está aún por construirse”.

 

Sostiene que “en los mismos casos, al soporte comercial e institucional se suma una base de servicios de transporte y logística, funcionamiento de acciones y comerciales o de fabricación, y de redes de contactos preexistentes, por el momento más densas y eficaces que las disponibles para medianas y pequeñas empresas argentinas”.

En el libro, Bekinschtein plantea que China, para el medio empresario argentino, convoca mucho más la imagen de la amenaza que la de la oportunidad. Y que esa preocupación “defensiva” es “dominante a la hora de pensar estrategias de negocios”.

También indica que su trabajo no ofrece una “guía de negocios en sentido estricto”, sino un escenario para situar las “enseñanzas de una práctica personal en un entorno cultural, económico e histórico” determinado. Además de su rol diplomático, el autor trabajó varios años en China para la actividad privada, en una multinacional española.

Se trata, dice en su artículo, de ofrecer al lector una perspectiva china, en toda su gran complejidad, que le sirva para formular estrategias y operar en función de sus propios recursos particulares.

“No es lo mismo –escribe en Mercado- el conocimiento que necesita un empresario textil, interesado solo en proveer una línea de mercadería a un agente o distribuidor que se ocupará de todo a partir del embarque, que de la de un exportador de alimentos para quien los gustos, las exigencias y posibilidades de adaptación, la identificación de canales de distribución confiables pueden ser vitales”.

Categorías: Economía Empresas

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