Bacher, de PwC: China cada vez se interesa más por el Cono Sur

9 diciembre, 2012

PwC es la compañía líder en el mundo en auditoría y consultoría. En 2013 se cumplirán cien años de su establecimiento en Buenos Aires. Y hace 20 que cuenta con oficinas en las ciudades más importantes de China. “Vivimos todo el proceso de transformación en China, desde que en Shanghai no había autos, sólo bicicletas. En todo este tiempo, centenares de millones de personas pasaron de la pobreza más absoluta a las clases medias, lo que ha provocado cambios en el mejor de los sentidos, desde lo cultural hasta en el consumo, por supuesto”, dijo Jorge Bacher, Socio de PwC en la Argentina, en esta entrevista con Dang Dai. En Leer más, la entrevista completa.


 

-¿Cuáles son los mayores problemas con los que se encuentran los empresarios chinos que deciden invertir en Argentina?, preguntó Dang Dai a Jorge Bacher.

-Hay uno que es el más ríspido, no pueden conseguir la visa. Inclusive a prominentes hombres de negocios se les retiene el pasaporte un mes para poder entrar al país, no me explico la razón de por qué sucede eso… En EEUU, en el último año entraron un millón de chinos que gastaron 5 mil dólares per cápita; en Brasil 400 mil; en la Argentina el número es irrisorio, sólo 20 mil. Es extraño porque los empresarios argentinos que quieren invertir en China, tienen las puertas abiertas. De cualquier manera y a pesar de todo, nuestros contactos con empresarios de los sectores financiero, tecnológico, agronegocios, petrolero e infraestructura son cada vez más fluidos, a pesar de este problema. Ellos entienden que Argentina es un gran país para hacer negocios independientemente de la coyuntura Luego están las diferencias culturales como el idioma, pero se hacen esfuerzos para que cada vez más gente estudie el chino mandarín desde muy chico y es algo que los chinos consideran.

-¿Qué interés percibe que tienen los chinos en hacer negocios con el Cono Sur?

-Hay mucho interés. Le doy un ejemplo, hace tres años fui invitado a dar una charla a China sobre temas energéticos; a ese tipo de encuentros concurren en cualquier lugar del mundo entre 30 y 40 personas. Sin embargo, en ese auditorio había más de 800 empresarios interesados en hacer negocios con América Latina.

-¿Existe en China una cultura de recurrir al servicio de consultoría cada vez que invierten en un país extranjero?

-La cultura de consultoría en China crece rápidamente pero es incipiente aún, digamos que hay que adecuarse a su historia.  Hacemos hincapié en el conocimiento personal; sabemos que el conocimiento de este tipo es esencial en la cultura china, pero no podemos quedarnos sólo con eso. Si así fuera, nuestro trabajo tendría una limitación muy grande. En, PwC nos caracterizamos por tener grupos de trabajo que se forman para cada caso específico y los grandes proyectos se hacen en equipo.

-¿Como se manifiestan las inversiones argentinas en China?

-Aún no se están dando con el vigor deseado. Sí, por ejemplo, la gran exportadora de caramelos que todos conocemos, es nuestro cliente. También empresarios petroleros e  infraestructura que invierten en todo el mundo incluyendo China, trabajan con nosotros.

-¿Qué fue lo que más le enseñó el estilo del managment chino?

-Sin duda lo que ahora dio en llamarse “Capitalismo de Estado”.  En China, los cuadros estatales trabajan con un muy buen managment privado que resultan en grandes planes de negocios. El esquema es, dicho muy esquemáticamente, el siguiente: el Estado consigue a menudo fondear proyectos para presupuestos que una empresa privada podría no tenerlos, y la empresa le brinda su expertise. Mientras que en occidente esos casos exitosos son la excepción, como Petrobras o Statoil de Noruega, en China son la regla.

-¿En materia de medioambiente, observa que se este intentando trabajar con tecnología más “limpia”?

-En este punto, China, al igual que India, tiene su matriz energética centrada en el carbón, que es muy contaminante (Argentina en este punto está beneficiada porque su matriz energética se centra el gas que es más “limpia”). De cualquier forma, los gobiernos de las ciudades grandes como Shanghai y Beijing están siendo duros en este tema y los requisitos para invertir hoy día, requieren de un plan de responsabilidad empresaria muy completo y estricto.

-¿Podría mencionarme algún descubrimiento que haya incorporado en China por fuera del mundo de los negocios?

-Lo primero que me viene a la cabeza es que esas autopistas impresionantes que construyen a cada minuto están señalizadas sólo en chino, así que no es aconsejable perderse… Cuando uno va a una reunión de negocios, nos sugieren llevar una tarjeta para mostrarle al taxista por si nos extraviamos porque con él no vamos a poder hablar. En cuanto a las costumbres, es una sociedad estratificada que se nota en el más mínimo gesto. Si viajamos en un ascensor y caballerosamente esperamos que la mujer salga primero, podríamos quedarnos horas allí, porque la jerarquía indica que el primero en desocupar un sitio es el hombre. En el mundo occidental cuando nos sentamos a comer, cualquiera ocupa un sitio azarosamente; en China hay lugares reservados para los estratos más considerados, a su lado los que le siguen en ese orden, y así sucesivamente. La arquitectura es impactante, cuando uno camina por EEUU,  se ven torres enormes, pero cuando uno pasea por China los edificios son imperiales. He ahí otra gran diferencia.

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