Las empresas latinoamericanas, tímidas con China
Un documento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) revela que pese a la creciente relación comercial entre China y América Latina, son aún pocas las grandes empresas latinoamericanas que se aventuran a establecerse en el mercado del país asiático.
El estudio, denominado “Camino a China: La historia de las empresas latinoamericanas en el mercado chino”, analiza el caso de siete grandes empresas latinoamericanas que se han aventurado a invertir. Desde el 2006, las empresas de América Latina han invertido 858 millones de dólares en China, lo que representa menos del 1 % de la inversión total regional en otras latitudes.
El estudio fue presentado durante la sexta Cumbre Empresarial China-América Latina celebrada en la ciudad oriental china de Hangzhou y que contó con la presencia de empresarios y representantes de cámaras de comercio de ambas regiones.
La idea del estudio es que otras empresas latinoamericanas sigan el ejemplo del Grupo Bimbo y Gruma de México, Stefanini, WEG y Vale de Brasil, de la empresa chilena de vinos Concha y Toro o de la fábrica de tubos de acero argentina Tenaris en su exitosa incursión al mercado de China.
Mientras la inversión china en América Latina se ha centrado en los sectores de la energía y los recursos minerales, los latinoamericanos han hecho incursiones en otras áreas como la industria alimentaria, la química y la metalúrgica.
Las principales barreras para las empresas latinoamericanas en China son todavía las diferencias en cuanto a la cultura y el idioma, la distancia geográfica, los costes del transporte y las restricciones en algunos tipos de inversión.
Pese a este panorama, las empresas que ya se han aventurado a entrar en China han ideado mecanismos -como la asociación con empresas locales- para aprovechar las grandes oportunidades que brinda este mercado debido a sus bajos costes y a su elevado dinamismo en las cadenas globales de valor.
El estudio detalla que, hasta el momento, unas 85 empresas latinoamericanas se han introducido en China, más de la mitad de las cuales lo hizo después del año 2007, cuando se produjo un auge en las relaciones bilaterales entre las regiones.
El estudio ha sido realizado por el Sector de Integración y Comercio del BID con la colaboración de reconocidos académicos latinoamericanos y de universidades europeas.
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