Hua-Shan es el nombre de una de las cinco montañas sagradas de China. Para ascender a los cuatro templos taoístas de su cumbre, los peregrinos trepan por uno de los senderos más escarpados y peligrosos del planeta.

La montaña está en la provincia de Shaanxi, a unos 120 kilómetros al este de Xi`an. Desde el pueblo de Hua-Shan, situado en la falda de la montaña, se tardan 10 horas en ascender a pie hasta el templo más alto. Para ello hay tallados en la roca, a veces completamente en vertical, 10.000 escalones.

Para los menos temerarios, y más sensatos, se puede hacer la ascensión en teleférico hasta el pico este.

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Desde tiempos inmemoriales el monte sólo ha tenido un sendero único. Buena parte del sendero tiene precipicios a ambos lados, como el Dragón Negro, esculpido en una empinada arista de roca que tiene tan sólo 80 centímetros de anchura.

En algunas secciones verticales se producen embotellamientos de peregrinos, sobre todo cuando hay hielo y agua.

Durante la Revolución Cultural, los Guardias Rojos que intentaron destruir todos los templos taoístas sólo consiguieran derrumbar los situados en la parte inferior.

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