La geoeconomía durante el período de Hu Jintao
El mandato del presidente Hu Jintao “es una época significativa porque muestra no sólo una creciente presencia de China en la economía global, sino fundamentalmente un vínculo reforzado entre China y el mundo en desarrollo, tanto de Asia, Africa como de América Latina”, de acuerdo con Osvaldo Rosales, director de Comercio Internacional e Integración de la CEPAL. En entrevista exclusiva con la agencia de noticias china Xinhua, el directivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), analizó particularmente la evolución de las relaciones de China con esta región. Y aseguró que, en la última década, la gestión de la actual administración china “coincide con un cambio estructural en la matriz del comercio exterior de América Latina y el Caribe, marcado justamente por una creciente presencia china en la región, tanto por las exportaciones como las importaciones”.
Recordó que en 2000, China era un socio marginal de América Latina y al final de la década, el país asiático pasó a ser un socio muy relevante, en particular de América del Sur.
“China ya es primer mercado destino para las exportaciones de Chile, Brasil y Perú; el segundo para Argentina, Costa Rica y Cuba; y el tercero para buena parte del resto de los países. Por el lado de las importaciones, hay una tendencia parecida”, precisó para Xinhua.
Rosales, un experto en los temas chinos, puso como ejemplo cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que señalan que de 1991a 2000, sólo 12 países en desarrollo lograron duplicar la tasa de crecimiento de los países desarrollados y en la década que concluyó en el 2010, fueron 66.
“Ese ensanchamiento en la tasa de ingreso responde en buena medida al dinamismo chino, que ha significado un impulso al comercio de China con el resto del Asia, África y América Latina. Ello ha permitido, entre otras cosas, que el mundo en desarrollo, en particular nuestra región, haya resistido la crisis global, desatada en Estados Unidos, que es una crisis de envergadura y la más importante desde la Gran Depresión de los años 30 del siglo pasado”, dijo.
El funcionario enfatizó que “sin este vínculo con China, que se dio con fuerza en la década del mandato del presidente Hu, sin ninguna duda América Latina hubiera enfrentado una recesión profunda por la crisis del 2008-2009, lo cual habría afectado los niveles de empleo, elevado los niveles de pobreza y bajado los niveles de ingreso”.
Al abundar en este aspecto, comentó que “no es casual que la región en esta última década haya vivido el mejor período de su economía en sus niveles de crecimiento, de reducción de la pobreza, incluso, hubo una mejoría en la redistribución del ingreso, todo lo cual estado ha muy ligado al vínculo con China”.
A su juicio, el gran desafío de la región latinoamericana “es cómo proyectar esta tendencia en la década que estamos comenzando para mejorar aún más ese desempeño”.
Explicó que “cuando Estados Unidos y Europa aumentan el crecimiento en un punto, eso muestra que nuestro crecimiento económico depende más de China que de Europa y Estados Unidos. Es un dato inédito, y se mantendrá así probablemente durante décadas porque cambió la situación internacional, cambió la visión de América Latina en el mundo y hoy día lo que más nos importa es lo que está pasando con China”.
Indicó que “el segmento principal de la cooperación sino-latinoamericana es el comercio y, en el caso del comercio de América del Sur, ha habido un incremento espectacular con un incremento en torno al 22 por ciento anual, que es un crecimiento brutal”.
Señaló que la contrapartida de ese intercambio es que los principales productos exportados son recursos naturales y hay un reto de la región para incorporar mayor valor, mayor conocimiento y mayor eslabonamiento, etc., y “también hay la necesidad de aprovechar de mejor forma ese ímpetu del crecimiento chino, en particular los vínculos de China con las economías asiáticas en torno a las cadenas de valor”.
Rosales subrayó que el gran el desafío de América Latina “es tratar de posesionarse en esas cadenas de valor, intentando invertir también en Asia Pacífico y mejorar su desempeño exportador, en términos de innovación, nuevas tecnologías, etc”.
Expresó que en el ámbito de la inversión, “ésta ha venido creciendo mucho en los últimos años, pero hay una gran asimetría entre unos niveles de comercio muy dinámicos y elevados y los niveles de inversión, que todavía son menores respecto al comercio”.
“En términos de cooperación, distinta al comercio y a las inversiones, tenemos acuerdos por el lado energético, que han permitido que China financie a varios países de la región, como Ecuador y Venezuela, entre otros, a través de modalidades de pago que se realizan con la producción de petróleo, contribuyendo al crecimiento mutuo”, acotó.
Se mostró “optimista” sobre el crecimiento chino, que “va a seguir siendo tremendamente dinámico, probablemente no a niveles de 11 por ciento, pero sí entre 7 u 8 por ciento”, que es la meta que estableció el gobierno chino para el quinquenio 2011-2015.
Al referirse al discurso del primer ministro Wen Jiabao en la sede de la CEPAL en Santiago el pasado 26 de junio, Rosales dijo que el dirigente presentó “un amplio rango de áreas de cooperación para profundizar la relación estratégica con la región, incluyendo a la industria de tecnologías, agricultura, turismo, educación, que son ámbitos que están abiertos, además del espacio político, las cuales requieren una actitud más proactiva de América Latina”.
“Ese discurso mostró que Wen estaba al tanto de los debates de América Latina respecto a los pro y las dificultades del relacionamiento con China, así como su disposición de reforzar lo positivo, a abordar las dificultades, señalando, además que China estaba disponible para importar productos manufacturados de nuestra región”, afirmó.
Según Rosales, “el desafío ahora está en manos nuestras para poder articularnos como América Latina y el Caribe, definiendo políticas conjuntas, de diálogo y aproximación con China para aprovechar este nuevo escenario”.
Resaltó que “siendo el motor de la economía mundial, y lo va a seguir siendo durante décadas, se aprecie que por el lado de China hay una visión de participación estratégica mucho más elaborada que la que muestra América Latina. China es la que se acerca a la región y es China la que propone una agenda de cooperación”.
En su opinión, “los países de la región debían debatir y luego coordinar un plan y una política de diálogo y comercio con China para sacar mejor provecho de esta nueva realidad de la economía internacional”.
“Más temprano que tarde, América Latina va a tener que reaccionar frente a las propuestas chinas”, dijo, recordando que la región dio un primer paso al aceptar la iniciativa del premier Wen Jiabao de recibir en Beijing a la Troika de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), lo cual se concretó en agosto pasado con la visita de los cancilleres de Chile, Cuba y Venezuela.
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