Discurso del Ministro de Defensa Arturo Puricelli en la Universidad de Beijing (Primera Parte)
Exposición del Ministro de Defensa de la República Argentina en la Universidad Nacional de la Defensa de la República Popular China
La República Argentina es un país de la América Meridional, octavo en el mundo por el tamaño de su superficie, donde una población de ascendencia heterogénea constituye una sociedad democrática y estable, que vive en un territorio diverso por sus climas y orografía. País rico en recursos naturales de todo tipo, se trata de una economía en desarrollo, que ha dado muestras de fortaleza en estos años de turbulencia internacional, manteniendo sostenidos niveles de crecimiento y empleo.
Esta brevísima descripción de las características de la Argentina, intenta sintetizar todo lo que deben defender las Fuerzas Armadas de nuestro país, que no basan su planeamiento en hipótesis de conflicto y de guerra, sino en la generación de las capacidades necesarias para la defensa de ese patrimonio. Por ello, el Sistema de Defensa Nacional, siguiendo un modelo propio de modernización, que ha dado un salto cualitativo en los últimos años, se plantea a partir de una estrategia defensiva, basada en un esquema autónomo-cooperativo. Esto significa que nuestro planeamiento estratégico del instrumento militar procura alcanzar las capacidades propias adecuadas para la legítima defensa, al mismo tiempo que busca complementar esas capacidades mediante la cooperación bilateral y multilateral, contribuyendo también así a construir un escenario regional y en lo posible global donde se fomente la seguridad, la confianza mutua y la transparencia. En este sentido, nuestra Política Internacional de Defensa acompaña la Política Exterior argentina que propicia la mejor protección de los intereses nacionales, en un ambiente de paz, libertad y justicia, fortaleciendo las instituciones multilaterales y el derecho internacional.
En el marco de estos principios, nuestra Política Internacional de Defensa adopta como objetivos generales, en primer lugar, la promoción y consolidación de auténticas “zonas de paz” en los espacios geostratégicos prioritarios para nuestro país, como el que constituye América Latina, especialmente en el ámbito de UNASUR, promoviendo inclusive la progresiva construcción de un sistema subregional de defensa.
La Argentina también aboga ante la comunidad internacional por la preservación del Atlántico Sur como zona de paz, libre de armas de destrucción masiva, lo cual se torna una necesidad imperiosa dado que aún sufrimos la persistencia del colonialismo por parte de una potencia nuclear, que usurpa parte de nuestro territorio y pone en peligro la seguridad regional.
En contraste, los elementos constitutivos de nuestro Sistema de Defensa contribuyen a los esfuerzos tendientes al mantenimiento de la paz y la seguridad internacional, fundados en el respeto del derecho internacional, el orden multilateral y el sistema de seguridad colectiva representado por las Naciones Unidas.
Estos objetivos de la Defensa Nacional, insertos en nuestro marco legal y que se han venido articulando a través de diferentes gobiernos democráticos, constituyen hoy una verdadera política de Estado que se sintetiza en los siguientes lineamientos:
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Un modelo de inserción internacional en materia de Defensa que parte de una concepción, posicionamiento y actitud estratégica de naturaleza y carácter defensivo.
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La vocación por la construcción de un esquema de defensa subregional, promoviendo la integración e interoperabilidad de los instrumentos de defensa de los países de la región, tanto en los niveles estratégico, doctrinario y operativo como en los ámbitos de la ciencia, la tecnología y la industria de defensa.
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El compromiso y colaboración permanente con los esfuerzos multilaterales de paz y seguridad internacional, testimoniado por múltiples acciones que van desde la participación en operaciones de mantenimiento de la paz bajo mandato de las Naciones Unidas hasta la participación en los regímenes de no proliferación y control de la transferencia de material bélico y sensitivo.
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Una arquitectura político-institucional a partir de la cual el Ministerio de Defensa desarrolla el relacionamiento político-estratégico e interagencial con sus contrapartes, así como planifica y supervisa la interacción de carácter técnico-profesional del Estado Mayor Conjunto y de las Fuerzas Armadas con sus pares extranjeros. En consecuencia, el vínculo y accionar militar internacional de nuestras Fuerzas Armadas se desarrolla en plena sintonía con las directivas que devienen de la Política de Defensa y la Política Exterior de la Nación.
La puesta en práctica de estos lineamientos se constata en las siguientes políticas:
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La consolidación y el progreso cualitativo de la cooperación con las naciones de América Latina en general y Suramérica en particular. En esta línea, la política de defensa actual promueve:
a) un fluido diálogo estratégico del más alto nivel político y militar, y el funcionamiento efectivo y regular de mecanismos institucionales permanentes con la mayoría de los Ministerios y Fuerzas Armadas de la región, destacándose lo que se ha avanzado en el plano multilateral regional a partir de la constitución del Consejo de Defensa Suramericano (CDS) en 2009;
El establecimiento del CDS en el marco de la UNASUR conlleva el compromiso y el esfuerzo de los Estados miembros en pos de alcanzar una coordinación cada vez más estrecha entre sus sistemas de defensa y sus fuerzas armadas, sin menoscabo de la soberanía nacional y el derecho de autodeterminación de los países miembros. Ello en razón del convencimiento de sus dirigencias políticas y sus pueblos de que, ante la incertidumbre estratégica global y los vastos recursos regionales a defender, no hay posibilidades de plantear una defensa nacional efectiva sin concebirla en el marco de la cooperación y la complementación regional, en función de los intereses comunes de nuestros países. La creación por iniciativa argentina, en el marco del CDS, de un Centro de Estudios Estratégicos, apunta a consolidar ese pensamiento regional que se juzga necesario para desarrollar una identidad propia.
Asimismo, para que los países sudamericanos hagan respetar plenamente su soberanía nacional y su autonomía, es condición esencial que sean capaces de resolver por sí mismos los eventuales conflictos que se presenten en la región, y que incrementen y prioricen los mecanismos y actividades conjuntas intra-regionales. Este principio de soluciones regionales a los problemas regionales constituye un efectivo antídoto contra cualquier pretensión de intervencionismo y hegemonía por parte de potencias extra-regionales.
b) experiencias inéditas a nivel mundial de complementación e integración, como la Fuerza de Paz Binacional Combinada argentino-chilena “Cruz del Sur”, la Compañía de Ingenieros Combinada peruano-argentina General San Martín, y los proyectos de integración científica, tecnológica e industrial con Brasil en material de equipo terrestre, naval y aéreo;
c) la actualización de acuerdos bilaterales y la suscripción de nuevos acuerdos con países con los que no se registraban tales instrumentos, tendientes a estrechar las relaciones institucionales, las ejercitaciones e intercambios técnico profesionales de las Fuerzas Armadas argentinas con sus pares regionales, y el desarrollo de proyectos de complementación científica, tecnológica y de producción para la defensa;
d) la implementación de “programas de cooperación en defensa” con países amigos a los que la Argentina puede brindar asistencia técnico-militar o en temas especializados del ámbito de la defensa;
e) El empleo de recursos humanos y materiales de la defensa para asistencia humanitaria en caso de catástrofes y desastres naturales en países de la región.
Siguiendo estas políticas, en los últimos años se han suscripto acuerdos significativos y llevado a cabo acciones de intercambio y cooperación en Defensa con Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela, así como se ha incrementado el relacionamiento con Guyana, Surinam, México, Guatemala, Honduras, Nicaragua y El Salvador.
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El compromiso con iniciativas multilaterales regionales, contribuyentes al fortalecimiento de mecanismos de paz y seguridad internacional. En este marco, cabe mencionar la iniciativa de nuestro país para crear la Asociación Latinoamericana de Centros de Entrenamiento para Operaciones de Paz (ALCOPAZ); la participación activa en el mecanismo “2×9” de coordinación de los Ministerios de Relaciones Exteriores y de Defensa de los países latinoamericanos participantes de la Misión de Naciones Unidas de Estabilización de Haití; el estatus de observador en la Conferencia de Fuerzas Armadas Centroamericanas (CFAC); y la presencia proactiva en la Conferencia de Ministros de Defensa de las Américas, desde donde se ha promovido la revisión de los componentes del Sistema Interamericano de Defensa.
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En el ámbito extra regional, nuestra Política se focaliza en la contribución al mantenimiento de la paz y la seguridad internacional, principalmente a través de dos vías: a) La profundización de relaciones bilaterales de cooperación e intercambio en defensa con naciones amigas, y b) la participación en foros destinados a la seguridad internacional y el aporte a las acciones multilaterales de paz materializadas por las operaciones de paz de las Naciones Unidas.
Respecto de esto último, la contribución ininterrumpida por más de cincuenta años a operaciones de mantenimiento de la paz bajo bandera de Naciones Unidas constituye una misión subsidiaria de nuestras Fuerzas Armadas, que han participado en más de treinta misiones a lo largo de su historia, desplegando más de cuarenta mil efectivos y siendo partícipes de varias misiones en la actualidad, incluyendo contingentes en UNFICYP (Chipre) y MINUSTAH (Haití).
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En lo que hace a la relación con países amigos extra-regionales, buscamos profundizar los lazos de cooperación en defensa, profundizando el diálogo estratégico, los intercambios militares y la interacción científica, tecnológica e industrial.
Entre estas relaciones bilaterales, ocupa un lugar destacado el incremento cuantitativo y cualitativo de la interacción con el Ministerio de Defensa Nacional y el Ejército de Liberación del Pueblo de la República Popular China. Además de la multiplicación de intercambios, visitas de orientación y un diálogo estratégico que se cristaliza hoy en la firma de un nuevo Memorandum de Entendimiento de Cooperación en Defensa, China se está convirtiendo en un importante socio de nuestra industria de defensa, a partir de los acuerdos entre las empresas de industria aérea FAdeA y CATIC, en materia de helicópteros.
Pero creemos que existen fundamentos más que suficientes para el fortalecimiento de la relación estratégica de cooperación en defensa argentina-china.
En el Libro Blanco de Defensa de la RPC se lee que “China persigue una política de defensa nacional que es defensiva en su naturaleza” y que “promueve la construcción de un mundo armónico, disfrutando de una paz duradera y prosperidad común”. También enumera muy claramente los objetivos de la Política de Defensa nacional en esta nueva era, definidos como:
– Salvaguardar la soberanía, la seguridad y el desarrollo nacional.
– Mantener la armonía y la estabilidad social, sirviendo al pueblo.
– Acelerar la modernización de la defensa nacional y las Fuerzas Armadas, con metas concretas de informatización para 2020.
– El mantenimiento de la paz y la estabilidad mundial. China siempre apoya los nuevos conceptos de seguridad de confianza mutua, beneficio mutuo, igualdad y coordinación, aboga por la solución de las controversias internacionales y los asuntos regionales conflictivos a través de medios pacíficos, se opone a recurrir al uso o amenaza del uso de la fuerza a voluntad, se opone a los actos de agresión y la expansión, y se opone a la hegemonía y a la política de poder de cualquier forma, según los Principios de Coexistencia Pacífica. En consonancia con los principios de ser justa, razonable, integral y equilibrada, China aboga por el desarme efectivo y el control de armas, y se esfuerza por mantener la estabilidad estratégica global.
Las coincidencias con la postura estratégica de la Argentina son prácticamente totales. Para concentrarnos en la Política Internacional de Defensa, como hemos dicho, nuestro país también hace de la cooperación internacional y de la contribución a la paz y la seguridad mundial, un componente esencial de su Política Exterior y de Defensa.
En este contexto, se advierte un gran potencial de cooperación bilateral, intercambiando personal e experiencias para mutuo beneficio en áreas como la formación de civiles y militares así como la capacitación técnico-militar, el fortalecimiento institucional del sector defensa, las operaciones de mantenimiento de la paz bajo mandato de las Naciones Unidas, las respectivas experiencias de cooperación regional, los ejercicios combinados y la modernización del instrumento militar. En este último aspecto, creemos que existe un amplio terreno fértil para profundizar la cooperación científica, tecnológica e industrial.
En efecto, como país en desarrollo, la Argentina requiere modernizar su instrumento militar para asegurarse de contar con las capacidades necesarias para su defensa nacional. En ese proceso, necesariamente gradual y compatible con las necesidades de desarrollo integral de la Nación, en primer lugar está abocada al fortalecimiento de sus capacidades industriales nacionales (como la Fábrica Argentina de Aviones o el Complejo Industrial Naval Argentino, para mencionar dos casos destacados). Asimismo, promueve la cooperación y el intercambio con países amigos, no sólo para proveerse del equipamiento necesario sino especialmente para establecer proyectos tecnológicos e industriales verdaderamente conjuntos, con transferencia de tecnología para el desarrollo de mantenimiento, el servicio técnico y hasta la futura producción local. Esto pensando no sólo en el abastecimiento de las Fuerzas Armadas Argentinas, sino también en la posibilidad de que sus instalaciones industriales se constituyan en plataforma de exportación o servicio para el mercado regional.
Para ello, estamos dispuestos a explorar un programa integral de cooperación en este campo, que nos lleve a suscribir un acuerdo de gobierno a gobierno en materia de ciencia, tecnología, producción y adquisición de bienes y servicios para la jurisdicción defensa, con garantía y financiamiento estatal.
Asimismo, desde ya dejamos sentado nuestro interés en profundizar el intercambio y la cooperación en áreas de alta tecnología, como la ciber-defensa y la aeroespacial, donde ambos países están desarrollando proyectos y son mundialmente reconocidos los elevados estándares que está alcanzando China.
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