Consani: “La base del lazo con China debe ser educación y cultura”

28 junio, 2012

Wen con los académicos argentinos
Durante su reciente paso por Buenos Aires, el primer ministro chino, Wen Jiabao, se hizo un espacio para dialogar con un grupo de académicos y referentes culturales y científicos. Dijo allí, entre muchas cosas, que había paseado por Puerto Madero y hablado “con muchos locales, que es más importante que muchas formalidades” (ver al respecto nota aquí). También se mostró muy interesado por el intercambio cultural bilateral y hasta prometió leer a Jorge Luis Borges. Entre los pocos presentes estuvo el profesor Norberto Consani, director del IRI y del Instituto Confucio de la Universidad de La Plata. También, el titular del CONICET, Roberto Salvarezza; el rector de la UBA, Rubén Hallú; el bailarín de tango Juan Carlos Copes, el geólogo Carlos Rabella, el analista Jorge Castro y el escritor Roberto Alifano. A propósito de la visita de Wen y de los 40 años del establecimiento de las relaciones bilaterales entre Argentina y la República Popular, el profesor Consani escribió este artículo exclusivo para Dang Dai.



La Argentina y otra oportunidad histórica


Por Norberto Consani (*)
Después de 40 años del inicio de las relaciones diplomáticas con la Republica Popular China, nuestro país se encuentra otra vez ante una gran oportunidad histórica: ingresar al gran espacio asiático de la mano de nuestro socio estratégico chino
Al acuerdo que signaron nuestros países en el año 2004, que estableció una alianza estratégica, debemos darle un contenido concreto, lo cual no pasa solamente por una relación económica por más importante que ésta sea. Los países no hacen los grandes acuerdos históricos pensando en vender o comprar más productos, o en poner trabas burocráticas absurdas que impiden el contacto entre sus pueblos, por dar sólo algunos ejemplos.
Siguiendo las enseñanzas Confucianas, lo fundamental es la cultura y la educación.  Las naciones no tiene ningún futuro, tanto a nivel individual como colectivo, si no se fundamentan en sólidas bases educativas; desde allí sí se pueden ir construyendo las grandes obras donde se concreten los proyectos que forjan el destino de las mismas.
Desde el Instituto de Relaciones Internacionales que fundamos en 1990 en la Universidad Nacional de La Plata, uno de los primeros Departamentos que creamos fue el de Asia y el Pacífico. La Conferencia de apertura la dictó el Embajador de China en nuestro país de aquel entonces. En esa época éramos muy pocos los que pensábamos que el futuro de nuestros países estaba en esa región del mundo, y en particular en China.
Unos años después creamos el Centro de Estudios Chinos dentro de dicho Departamento y desde el mismo elaboramos el proyecto de establecer en nuestra Universidad la sede de un Instituto Confucio, que contó con el apoyo de la Embajada de la Republica Popular China en nuestro país.
Desde el inicio de nuestras relaciones con los dirigentes y con el pueblo chinos, comprobamos que, al igual que nosotros, se consideraban (y lo más importante,  se siguen considerando hoy en día), “país en vía de desarrollo”, como lo demuestra su actuación en la diplomacia multilateral contemporánea, donde participan junto al Grupo de 77 en el seno de las Naciones Unidas. Además, nuestras historias nos muestran que fuimos (y en el caso nuestro, lo seguimos siendo), víctimas del colonialismo y del neocolonialismo, con la ocupación ilegal de islas de nuestro territorio en el Atlántico Sur. Y  por su parte el pueblo chino debió soportar la humillación de las potencias coloniales en el pasado.
Aquellos que analizan la historia con preconceptos y con cierta soberbia “occidental”, todavía siguen considerando a la gran nación asiática solamente en términos de “mercado” o una gran fábrica de “baratijas”. Sería oportuno y necesario que tuvieran una mayor dosis de humildad y reconocer el impresionante desarrollo chino actual, que para algunos es el único caso en la historia de la humanidad de semejante salto cualitativo en tan poco tiempo. Un ejemplo al respecto: de padecer una de las peores hambrunas de que se tenga memoria entre los años 1959 y 1962, pasaron a ser la tercera potencia científica mundial con una presupuesto en investigación de 50.000 millones de dólares anuales y más 500 millones de usuarios de Internet.
Tenemos que pensar China con las realidades del siglo XXI; tenemos que revisar muchas cosas, despojarnos de nuestra pereza mental y no repetir estereotipos. No dejemos pasar de nuevo el tren de la historia, sepamos construir con inteligencia una relación estratégica lo mas simétrica posible, apostando a la educación, la investigación, la ciencia y al desarrollo tecnológico.
Por eso, esta primera visita del Primer Ministro chino a nuestro país y a América Latina será recordada no por la cantidad de acuerdos que se hayan firmados o negocios que se hayan concluidos, sino por el gesto del Señor Wen Jiabao de invitarnos a un grupo muy reducido de académicos, científicos, intelectuales y artistas a compartir unas horas de su corta estadía y de reflexionar juntos sobre los grandes desafíos del futuro.

(*)Director del Instituto de Relaciones Internacionales (IRI) y del Instituto Confucio de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP)

Categorías: Cultura

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