Por Néstor Restivo

“Malena” y “La concubina embriagada”, es decir una protagonista emblemática del tango argentino y otra de la ópera china, se cruzaron anoche en el escenario del Museo del Bicentenario, donde en primera fila disfrutaban del espectáculo Cristina Fernández y Wen Jiabao. En sus historias, a ambas protagonistas las embriaga el alcohol del desamor. Pero esta vez, por el cuadragésimo aniversario de las relaciones bilaterales sinoargentinas, el tango de Buenos Aires y la ópera de Beijing, también el malambo campestre y el kung fu, el folklore mongol y tibetano con el huayno de “Celedonia Batista”, se abrazaron bien sobrios en una velada mágica. Argentina y la República Popular China festejaron con alegría y esperanza la amistad de sus pueblos, y la voz de Carlitos Lin, que muchos años dirige el escenario del Barrio Chino para las festividades de la colectividad oriental en Argentina, esta vez se emocionaba sin perder su gran profesionalismo haciendo parte de la locución de un evento del que participaron Adriana Varela, Teresa Parodi, el Sexteto Mayor, Ariel Ardit, la Ópera de Beijing (Patrimonio Cultural Intangible de la UNESCO), maestros chinos del wushu y el tai chi chuan y dos parejas de tango argentino que participaron de las Expo Shanghai 2010 y de la Expo Corea de este año, de donde acaban de llegar.

Más allá de la vinculación comercial de Argentina y China, que hoy refrenderán en acuerdos los líderes Fernández de Kirchner y Wen, está claro que sólo un mayor entendimiento de ambos países sobre sus culturas y raíces podrá cimentar una relación más profunda. En ese espíritu, y aprovechando el 40 cumpleaños de la relación bilateral, fue que ayer el gobierno argentino recibió al enviado de Beijing y su numerosa delegación de funcionarios -de gira por el Cono Sur- en el Museo abierto con motivo del Bicentenario en 2010, detrás de la Casa Rosada, donde luego se le brindó una cena de honor.

Cristina y Wen llegan al Museo del Bicentenario

Antes del espectáculo, Wen trajo el saludo de su gobierno “al gran pueblo argentino” y recordó que pese a la distancia geográfica “las relaciones binacionales vienen de larga data”, aun de antes de 1972 cuando se restablecieron formalmente los lazos diplomáticos, y en tal sentido recordó la Asociación Cultural Argentino China apenas proclamada la República en China (hace un siglo) así como “la primera delegación comercial de Latinoamérica”, que llegó justamente de Argentina tras la proclamación de la República Popular en 1949.

Wen había sido recibido minutos antes en las escalinatas de la Casa de Gobierno que dan al río, mirando simbólicamente hacia el Lejano Oriente, en una breve ceremonia con bienvenida musical del Cuerpo de Granaderos a Caballo. Luego ingresaron al Museo y Wen puso números al explosivo crecimiento de flujo comercial con Argentina y también destacó que desde el intercambio de visitas de los presidentes Néstor Kirchner y Hu Jintao, en 2004, se proclamó una “relación estratégica”, refrendada por Cristina en un viaje a China en 2010 y profundizada ahora, cuando “Argentina y China presentan una profunda amistad y confianza”, con “desafíos parecidos” ante la crisis internacional y destinos unidos “más que nunca hoy en día”, indicó el primer ministro de la segunda economía mundial.

Cristina, a su vez, evocó que un 19 de febrero no es sólo la fecha del restablecimiento de las relaciones (en 1972) sino también su propio cumpleaños, y que el 16 de febrero, “cuando se cruzaron el primer telegrama de comunicaciones de esa medida, es la fecha del nacimiento de mi primer hijo”, con lo que dio un significado especial al cumpleaños 40 del lazo bilateral.

Y antes de que subieran al escenario los números artísticos, expresó que era “un gran honor” recibir a Wen así como también “un reconocimiento a escenarios nuevos donde Argentina quiere ser protagonista, y donde China ya es principalísimo protagonista”. Según Cristina, Argentina “es una sociedad abierta, de nietos e hijos de inmigrantes”, que coincide con China y otros países en “tener objetivos de paz y cooperación así como de crecimiento, pero con inclusión social. Que crezca el PBI es importante –dijo la jefa de Estado- pero sin inclusión social ni armonía suele producir problemas, y compartimos esa visión, el objetivo de tener crecimiento para todos”. Ponderó por eso la relación con China: “Somos países que buscamos, en este mundo en crisis, crecimiento con armonía y estabilidad, porque la entendemos necesaria, y unida a la idea de inclusión social”.

Luego de agradecer el apoyo de China por el reclamo sobre las Islas Malvinas, fueron pasando por el escenario grupos de malambo y folklore, Teresa Parodi con su hermoso huayno “La Celedonia Batista”, parejas de tango, el arte musical del Sexteto Mayor con Ariel Ardit (cantó “Tres Esquinas”, de D’Agostino, Attadía y Cadícamo), la voz contundente de Adriana Varela (“Malena”, de Demare y Manzi), grupos de kung fu (o wu shu) y tai chi chuan (o daijiquan), otros del colorido folklore de las etnias Ligur, Tibetana, Dai y Mongol y la célebre Ópera de Beijing, con la escena de La Concubina Embriagada que muestra a la concubina del emperador Xuanzong (dinastía Tang) cuando pierde el amor y se emborracha, acaso como Malena…

Entre muchos otros, estaban y aplaudían los embajadores de ambos países en sendas capitales, Yin Hengmin y Gustavo Martino; los cancilleres Héctor Timerman y Yang Jiechi; el vicepresidente Amado Boudou y casi todos los ministros del gobierno argentino y varios del chino; los ocupadísimos integrantes de la Embajada china en Buenos Aires y de su Oficina Cultural, como su encargado Han Mengtan; diputados y senadores, incluido varios de la oposición; gobernadores como Daniel Scioli, en primera fila; el presidente de YPF, Miguel Galuccio; de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde, y del Banco Nación, Juan Carlos Fábrega, otros directivos de empresas nacionales y hombres de negocio como Carlos Spadone (presidente de la Cámara bilateral y bodeguero), Carlos Bulgheroni (de la petrolera Bridas, asociada a los capitales chinos de la CNOOC) o Franco Macri (también con extendidos negocios en el país asiático). No faltaron la barra de La Cámpora, alentando la celebración, ni numerosos invitados especiales.