Xi Chuan, traducido por Miguel Angel Petrecca
Xi Chuan es el nombre literario de Liu Jun. Nacido en 1963 en la ciudad de Xuzhou, provincia de Jiangsu, es considerado uno de los poetas, ensayistas y traductores más influyentes de la escena intelectual china contemporánea.
Su poema Amor filial fue incluido en “Un país mental. 100 poemas chinos contemporáneos”, con selección y traducción del argentino Miguel Angel Petrecca.
En sus trabajos, Xi experimenta con formas híbridas de prosa y verso que articulan lo que él denomina una pseudo-filosofía, una búsqueda por los lados más oscuros y ocultos de la historia, la razón y la conciencia humana.
Ha publicado cinco libros de poemas y dos de ensayos, numerosos artículos de crítica e investigación, y fue cofundador de la revista independiente Tendencias y editor de Poesía china moderna hasta 1995. Sus series de poemas Jinghua Shuiyue (Flores en el espejo y La luna en el agua) fueron adaptadas por el dramaturgo experimental Meng Jinghui, y fueron muy bien recibidas por la crítica del 35 Festival Internacional Cervantino de México en 2007. Hoy es editor jefe de la revista Poesía contemporánea del mundo (Dangdai Gouji Shitan)
Ha recibido muchos premios de poesía nacionales e internacionales entre los que se incluyen, el Luxun Literary Prize (2001), Belles-lettres Prize, UNESCO—ASCHBERG bursaries for Artists (1997), top ten winners of the Weimar International Essay Prize Contest, Germany (1999), y ha sido ampliamente traducido al inglés, francés, danés, coreano, etc, (aunque no existen traducciones al español de las que tengamos noticia).
La biografía en China Traducida
Amor filial
Caminar 5 km, incluso 100 km, no cuenta como viajar a pie.
Es necesario caminar unos mil kilómetros para que el viaje
se transforme en voluntad, para tener un corazón filial.
El hijo filial tira del carrito con su madre arriba.
Le sugiero: “¿No sería más cómodo tomar el tren?”
Dice: “Sólo caminar es verdaderamente filial, y además se ahorra”.
Va arrastrando el carrito a través de subidas y bajadas,
cruza la nieve de Shandong, los accidentes de tránsito de Hebei.
Lleva a su madre hacia Pekín a través de las fronteras.
Le digo: “Mejor quedarse en casa y disfrutar del retiro”.
Responde: “La voluntad de mi madre es ver a Mao.
Si no puede ver a Mao al menos ver Tiananmen. Si no ve Tiananmen,
cuando se encuentre en la otra vida con un conocido ¿qué va a decirle?”
La madre: “Hijo, ¿con quién estás hablando?”
El hijo: “Estoy discutiendo con el cansancio”.
El invierno ya anda por la mitad, el viento del norte
sueña con el viento del sur. Arrastrando el carro con su madre
llega hasta Tiananmen. En la plaza están tocando el himno
para un presidente africano temeroso del frío, impávido
frente al calor. La madre: “Ya lo vi todo. Ahora volvamos”.
El carro invierte su dirección. El himno ya terminó.
Les sugiero que se queden unos días más en Pekín.
Él dice que su madre quiere morir en su casa.
Pekín es para que los pekineses jueguen con los extranjeros.
Él no puede tirar su dinero en Pekín. Además debe volver para sembrar.
Un país mental. 100 poemas chinos contemporáneos, selección y traducción de Miguel Angel Petrecca, Gog y Magog Ediciones, Buenos Aires, 2011
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