El cine es chino
El grupo chino Wanda, que se aprovechó del aumento de los ingresos en los cines de China, se convirtió esta semana en el mayor propietario mundial de cines al adquirir al especialista de multiplex AMC (American Multi-Cinema), la tercera cadena de cines de Estados Unidos. Con esa compra, anunciada en un comunicado de ambas empresas, China dio un golpe sin precedentes en el corazón de Hollywood, al tiempo que espera aumentar su influencia cultural, según un cable de la agencia de noticias France Press fechado en Beijing. Entre otros activos, AMC controla las salas IMAX de origen canadiense, que en Argentina posee salas en el complejo comercial Norcenter, en el norte del Gran Buenos Aires.
Wanda es un grupo económico que maneja varios cines, hoteles de lujo y comercios en China. Aseguró que será a partir de ahora un actor “realmente mundial” gracias a esta transacción que le ha costado 2.600 millones de dólares. “Se trata aquí de financiación china susceptible de abrir acceso a un mercado”, el del séptimo arte norteamericano, explicó a la AFP Teng Jimeng, experto de cine en la Universidad de Estudios Extranjeros en Pekín.
El conglomerado privado Wanda registra un volumen de negocios anual de 16.700 millones de dólares, posee ya 86 multiplex y 730 pantallas en China. Fue fundado por Wang Jianlin, un magnate que cuenta con la sexta mayor fortuna del país, según el instituto de investigaciones Hurun. Wanda aprovechó la explosión de la recaudación en los cines de China, donde la industria cinematográfica está en plena efervescencia y donde el número de salas oscuras crece.
AMC administra por su parte un imperio de 346 multiplex en América del Norte (Estados Unidos y Canadá), con 5.000 pantallas, de ellas 2.336 en 3D y 128 pantallas gigantes IMAX. Unos 200 millones de espectadores han visto una película en una de las salas de AMC en 2011.
El crecimiento de la explotación cinematográfica en China se nutre del rápido crecimiento de la clase media en el gigante asiático, cuyas salidas el fin de semana suelen ser a los nuevos centros comerciales donde están instalados los multiplex.
Pese a que las entradas de cine son bastante caras, al público chino le han encantado películas como “Avatar” (con un total de más de 200 millones de dólares de recaudación) o ‘”Kung fu Panda 2”, con un gusto particular para los largometrajes en 3D, como la reciente versión de “Titanic”.
China protege su industria cinematográfica al limitar a 20 por año las películas extranjeras que exhibe en su territorio. Pero según Teng, la compra de AMC por Wanda podría hacer cambiar las cosas. “AMC podría utilizar Wanda para penetrar en el inmenso mercado chino con películas estadounidenses”, estima.
De todas formas, incluso si el mercado chino está poco abierto a las películas extranjeras, los actores internacionales tratan de hacerse un hueco.
La sociedad canadiense IMAX Corp ha previsto equipar decenas de nuevas salas en China con su tecnología ofreciendo imágenes más grandes y de mejor resolución. Entre los difusores privados y operadores de salas chinas que han firmado un contrato con IMAX figura de hecho Wanda.
La movida se suma a otras recientes en la industria del cine. Por ejemplo, el gigante de los medios y del entretenimiento americano Disney anunció en abril una asociación con el grupo público China Animation, así como el peso pesado de internet Tencent, por un proyecto de desarrollo de películas de animación chinas. A su vez DreamWorks Animation, especialista hollywoodiense del cine de animación, ha anunciado por su parte la creación con socios chinos de un estudio de producción en Shanghái.
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