Escudé: Argentina y China puedan avanzar en una “interdependencia simétrica”
El analista internacional Carlos Escudé disertó el miércoles en el Instituto Argentino de Estudios Geopolíticos sobre las distintas etapas de la inserción argentina en la economía mundial, comparando sus relaciones con Gran Bretaña en el siglo XIX, Estados Unidos el siguiente y China actualmente. Para él, es una gran noticia que se haya abierto esta “nueva era histórica” y que Argentina y China puedan avanzar en una “interdependencia simétrica”. Según Escudé es necesaria una alianza estratégica en la cual Argentina agregue más valor a sus exportaciones pero también abra más sus importaciones de China a sectores como defensa y seguridad, reemplazando a Estados Unidos y apelando a la idea de “comprar a quien nos compra”.
Escudé fue presentado por el coordinador del IADEG, Norberto Caporaletti, en el marco de los cursos del Instituto sobre la actual geopolítica y la crisis global, que continuarán el 18 de abril con varios temas interesantes para la política exterior argentina, como la actualidad de los BRICS (a tal efecto, ver www.iadeg.com.ar). Profesor en la UCEMA e investigador del CONICET, Escudé habló de las etapas históricas de la inserción argentina en el mundo desde la creación del Estado nacional.
“Los recursos naturales (en especial ser un país productor de alimentos de clima templado) nos pusieron en la órbita de Gran Bretaña y esa relación fue clave hasta 1914. Fue nuestro primer acople, y muy determinante. Si en 1869 había 500 kilómetros lineales de ferrocarriles, para 1914 eran 31.000. Si teníamos sembradas medio millón de hectáreas, llegamos en ese lapso a más de 20. Y la población saltó de 1,7 millones de habitantes a casi 6 millones”, dijo. Sin embargo, a partir de la Primera Guerra Mundial los intereses de cada nación comenzaron a divergir y esa relación estratégica, complementaria, empezó a declinar. La crisis del ’30 agregó más tensión y “el punto final del vínculo fue la nacionalización de los trenes en 1948”. Para Escudé, “en una mirada larga entre 1900 y 1948 Argentina fue el segundo socio más importante de Gran Bretaña luego de Estados Unidos (que había vivido ya de antes una relación similar con Londres, como hicieron también Australia, Canadá, Nueva Zelanda, Sudáfrica y otros países, por ser proveedores de alimentos de clima templado). Pero desde 1948 Argentina desaparece prácticamente del comercio con Gran Bretaña”.
La segunda etapa, con EE.UU., fue diametralmente distinta, porque ese país “no se complementaba para nada con el nuestro, lo que desde el vamos implicó una permanente relación conflictiva. “Ya desde la Conferencia Panamericana de fines de 1889 había sido así, y así continuó”, dijo. En sus estudios de postgrado, en Gran Bretaña y EE.UU., Escudé tuvo acceso a documentos que se iban desclasificando y observó “un boicot permanente de los norteamericanos contra Argentina”, que se agravaron de movida por la visión sobre la Segunda Guerra Mundial y se mantuvieron desde entonces. A diferencia de Gran Bretaña, la relación con Washington “no dejó nada útil y fue un factor de desestabilización política y económica para nosotros. Hay pruebas irrefutables de ello”.
Con el ascenso en los últimos años de China y el eclipse relativo estadounidense, Escudé observa que se puede volver a la mejor etapa del lazo con Gran Bretaña de hace más de un siglo, porque también son economías complementarias. “China necesita nuestros productos primarios. Claro que ellos prefieren agregarle valor allá y nosotros necesitaríamos hacerlo aquí, es un factor para pulseadas. Recientemente estuve en China y hablé de que Argentina tiene necesidad de exportar con más valor agregado. Pero es una relación complementaria y debemos ir a una interdependencia simétrica”.
En esa línea Escudé abogó por una mayor relación comercial, y más compleja, por ejemplo en materia de seguridad y defensa, para ampliar la gama de productos importados. Consideró que el gobierno argentino se está moviendo con discreción pero en la línea correcta en sus relaciones con Beijing. “Es una relación que hay que profundizar para beneficio mutuo”, señaló.
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