Florencia Hsu fue elegida Primera Princesa Porteña en la elección que tuvo lugar ayer en el marco del Patio Gastronómico de las Colectividades. El evento fue una fiesta de la multinacionalidad, con una abigarrada multitud que recorrieron un centenar de stands que ofrecían información, adornos y básicamente platos típicos.

Un desfile de autos antiguos de la Agrupación Ford T condujo al escenario a las postulantes a Reina Porteña de cada colectividad. La elección estuvo acompañada de números artísticos.

Este año Florencia comenzará en la universidad la carrera de Relaciones Internacionales. No eligió esa carrera sólo porque sí. El tema de cómo se relacionan las personas de diferentes países la constituye, ella es en sí misma el tema, porque su papá, Sebastián, es chino y su mamá, María, es argentina, descendiente de vascos franceses. Florencia es producto de las relaciones internacionales, más precisamente de dos naciones cuyas relaciones alcanzan en este momento el máximo florecimiento que jamás tuvieron. La enorme planicie agrícola argentina produce cantidades portentosas de soja, que tienen como destino a China.

Florencia no sólo ha vivido la relación entre China y Argentina en sus genes, sino en la composición de su familia, con sus hermanitos Matías y Santiago, que le devuelven la imagen de dos mitades combinadas, con la foto de los parientes que siguen en Taiwán, con la comida china que prepara su mamá y con el supermercado de su papá —siendo el supermecadismo la principal actividad de los chinos en nuestro país y un aporte enorme de la colectividad a las ventas minoristas de comestibles y productos de la canasta diaria. Pero además, Florencia vivió con los suyos en Kaohsiung, la segunda ciudad de la isla de Taiwán. Allí profundizó las raíces que tiene con la patria remota, conoció y convivió con sus abuelos y entendió fascinada que “todo viene de miles de años”, según nos dijo con un serio asombro en los ojos. Y allí también se le instalaron muchas preguntas sobre el contacto entre las naciones: por qué se juntan, cuáles son los límites del entendimiento, cómo sus diferencias las enriquecen. Preguntas que este año se canalizarán en la carrera de Relaciones Internacionales.

Otra rasgo de Florencia Hsu, de 19 años, es que es hermosa. Casi espectacularmente hermosa. Muy alta, colmadamente femenina, vivaz con un toque de gravedad y con una juventud jubilosa, participó con entusiasmo de la selección que hizo la Asociación Cultural China Argentina para que la colectividad china presentara una candidata a la Elección de la Reina Porteña.

La asociación es altamente meritoria del reconocimiento a Florencia Hsu. Estableciéndose como productora de la presentación, representó a la gran colectividad china, que ya es la cuarta de Argentina. Consiguió el maquillaje de Monique, el asesoramiento en vestuario de Dorys de Vestidos Beirel, hizo el casting y la difusión.

Ayer Florencia desfiló en la zona de Avenida de Mayo sobre un auto antiguo, igual que cada una de las candidatas, en el marco del evento “Patio Gastronómico de las Colectividades”. Iba con un rutilante vestido rojo. Cuando llegó la hora del concurso para la Reina Porteña brilló con el fulgor de su belleza amasada con el exótico misterio que le llegó del otro lado del planeta y la familiaridad de ser una chica de Buenos Aires. Pronunciaron su nombre en el escenario para consagrar a la Primera Princesa Porteña que aporta la colectividad china.