La relación entre China y Argentina experimentó en los últimos años un impulso extraordinario

18 febrero, 2012

Por Héctor Timerman, Ministro de Relaciones Exteriores de Argentina

Artículo aparecido en el Nº2 de la revista Dang Dai con motivo de los 40 años del establecimiento de las relaciones entre China y Argentina.

En julio de 2010, a pocos días de jurar como Canciller, me incorporé a la visita que realizó a China la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Es común señalar a la relación bilateral sino-argentina como un vínculo asentado en compatibilidades comerciales, es cierto. Pero a menudo se olvida que en ambas naciones el Estado es un actor comprometido en el diseño de la política económica y con una decidida vocación al desarrollo y la distribución de la riqueza. Por ello, la relación con China tiene como sustento el diálogo franco y permanente al máximo nivel, proceso iniciado en 2004 cuando los presidentes Néstor Kirchner y Hu Jintao firmaron un memorando de entendimiento sobre cooperación en comercio e inversiones, por el que se dio carácter de relación estratégica a nuestra sociedad.

A diferencia del tipo de complementariedad productiva que tuvo la Argentina y el Reino Unido hacia el 1900, el vínculo con China no responde a la lógica de metrópoli y periferia, sino al equilibrio y beneficio mutuo, en el marco de los respectivos proyectos nacionales de desarrollo económico.


China es nuestro segundo socio comercial y el comercio bilateral se cuadruplicó desde 2003. Sus inversiones aquí tuvieron un crecimiento exponencial en minería, petróleo e infraestructura. Nuestro país se posiciona como una excelente plataforma para los mercados del Mercosur y de la región. La Argentina, China y otros países emergentes lideramos hoy el crecimiento mundial en medio de una fuerte crisis en los países desarrollados.

China es un socio clave para la Argentina y con frecuencia nos encuentra unidos en el G20 privilegiando los intereses de las mayorías y la economía real por encima de los intereses especulativos. En la ONU y organismos internacionales de crédito, ambos propiciamos la indispensable reforma que actualice la representatividad de los países en desarrollo acorde al importante espacio alcanzado en el siglo XXI. No puedo concluir sin mencionar la cuestión Malvinas. No hace falta explicarle al pueblo chino qué es el colonialismo, no hace falta tampoco explicar nuestro reconocimiento a China por su respaldo al justo reclamo argentino. Así, y coherente con el firme respaldo de nuestro país al principio de integridad territorial, la Argentina sostiene la política de una sola China.

En fin, en 2012 se cumplen 40 años de una relación bilateral que experimentó en los últimos años un impulso extraordinario. Estoy convencido de que podemos imaginar un futuro aún mejor.

Categorías: Política

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