El vigésimo cuarto día del último mes lunar (el martes pasado), todos los miembros de cada familia, hombres y mujeres, ancianos y niños, dedicaron la jornada a una exhaustiva limpieza. Cada rincón de la casa, desde las persianas hasta los utensilios de cocina, se incluyeron en las tareas. Todo lo viejo fue desechado. Los caracteres chinos de polvo y de viejo son diferentes, pero ambos se pronuncian “chen”, y cuando los chinos se refieren en este día al barrido del polvo, la frase significa también barrer lo viejo del hogar. Esta limpieza ritual implica deshacerse de todos los infortunios y dar la bienvenida al nuevo año lunar chino con una apariencia renovada.