“Argentina debe formar una clase dirigente con conocimiento del desarrollo forestal de China y sus tecnologías, de manera de diseñar sus objetivos estratégicos respecto al impacto de este país en este mercado, que se intensificará en un futuro”, recomienda consultor Gustavo Cetrángolo en un artículo publicado por Misiones On Line.

El especialista habla del crecimiento forestal chino y su desarrollo en las tecnologías que utilizan en la industria de celulosa y papel para la producción de fábricas de pequeña escala.

La nota en Misiones On LIne

En la actualidad, China tiene 196 millones de hectáreas forestales, de las cuales 61,68 millones fueron plantadas, de acuerdo con datos ofrecidos por la Administración Estatal de Silvicultura de China. Para dimensionar la diferencia respecto al desarrollo forestal, Argentina cuenta con una superficie total 1,2 millones de hectáreas forestadas al 2011.

“Hacía tiempo que investigaba la disponibilidad de tecnología china en el sector forestal. Sabía que empresas de ingeniería de otros países utilizaban una cada vez más importante cantidad de maquinarias y equipos chinos en la construcción de industrias. En Brasil habían instalado fábricas de tableros MDF (fibra de mediana densidad) de tamaño medio recientemente con tecnología mayormente china y algunos equipos críticos de origen europeo”, indicó el consultor. “También conocía el caso de fábricas pequeñas de celulosa kraft que tenían un importante aporte de equipos chinos”, agregó.

Lo que buscaba Cetrángolo era “otra visión” de desarrollo industrial para el sector forestal argentino. Con esta idea en mente, y después de realizar una cuidadosa selección de empresas a visitar en cinco ciudades, concentró su recorrido en dos fábricas de celulosa y papel, una empresa de ingeniería en celulosa y papel y dos proveedores de equipos para la industria de tableros de partículas y MDF.

La industria celulósica papelera china se caracteriza por la instalación de fábricas de  pequeña escala y esto se debe a que tienen una cuenca forestal muy pequeña alrededor de las fábricas instaladas. “Eso es lo que los lleva a definir qué tipo de industria tienen”, dijo el consultor.

Celulosa y papel

Si bien produce 1,2 millones toneladas de papel, China cuenta con varias fábricas de celulosa quimio-termo-mecánica (CTMP) y una fábrica pequeña de celulosa kraft (100.000 toneladas al año inaugurada en 2008). Además de tres fábricas de químicos, una central termoeléctrica de 600 megavatios y varias fábricas de papel de distintos tipos.

“El abastecimiento de materia prima es muy variado. Por una parte utilizan álamo en plantaciones de alta densidad y una rotación de seis años con un muy buen crecimiento (es una zona templada). Otra especie que utilizan es el reed, que nosotros conocemos como caña de castilla (Arundo donax)”, explicó Cetrángolo.

También importan, mayormente de Vietnam, chips de acacia y eucalipto. Otra materia prima que usan en forma muy importante son recortes de papel importados de Estados Unidos y Canadá. “Como vemos, utilizan una materia prima muy variada y distintos procesos industriales para alcanzar una importante producción en sus fábricas de papel. La empresa visitada es una compañía privada china y con una antigüedad de 20 años. El parque industrial de la empresa abarca entre 400 y 500 hectáreas. Esta empresa estima que la importación de chips de eucalipto y acacia de China se iba a incrementar dos millones de toneladas por año”, dijo.

Otra visita que realizó Cetrángolo fue a una empresa de ingeniería en celulosa y papel. “Es una empresa estatal china que cotiza en la bolsa de ese país (es una especie de Sociedad del Estado). Otros rubros que abarca son la construcción de fábricas de sal (la sal en China se produce a partir de agua de mar), centrales termoeléctricas, fábricas de electrodomésticos y obras civiles en general”, indicó.

“Esta empresa hace trabajos de consultoría, ingeniería, adquisición, construcción, montaje y puesta en marcha de los proyectos. Tiene unos 500 técnicos y 50 años de antigüedad. La empresa ha participado en cerca de 100 proyectos industriales de celulosa y papel. El concepto es desarrollar ingeniería para las necesidades chinas y de países de África y Asia donde estas tecnologías tienen cada vez más protagonismo. Los equipos críticos son de empresas como Andritz, Metso y Voight y el resto corresponde a proveedores chinos o de otros países; en máquinas de papel la parte crítica es adquirida en la Unión Europea y otros componentes fabricados en China”, relató el especialista.

“Esto le permite llegar a un valor de alrededor de 1.100 dólares por tonelada de celulosa producida. Debo aclarar que según me informaron sólo el 30% de ese valor corresponde a máquinas, el 70% corresponde a terrenos, construcción, montaje, servicios de vapor, electricidad, aire comprimido, etcétera. Estos costos en China deben ser considerablemente más bajos que en Occidente, por lo que no son extrapolables”, agregó.

Finalmente, sostuvo que “a la conclusión a la que arribé en este sector fue que las soluciones que encuentran están vinculadas al tipo y cantidad de materia prima disponible, país donde los recursos forestales y la tierra son escasos. De ahí las tecnologías y escala que utilizan.La calidad de la ingeniería aparece como muy buena y tienen intención de competir en el mercado global”, advirtió.

El rol de China en el mercado global

“La gran pregunta es si realmente estamos ante la declinación de las potencias occidentales y la aparición de una nueva hegemonía global de China. Tal como fue en los treinta la declinación de Inglaterra y la emergencia de los Estados Unidos”, dijo Cetrángolo. “Entender esto hace que repensemos cómo debe negociar nuestro país sus alineamientos frente a esta nueva situación, cuando somos cada vez más “sojadependientes”. Sin duda la Argentina debe formar una clase dirigente con conocimiento de China y diseñar sus objetivos estratégicos respecto a este país”, agregó.

Por otra parte, consideró que “se abren grandes oportunidades mirando a Asia. Obtener logros de esta situación va a requerir un enorme esfuerzo intelectual y laboral, pero de una cosa estaremos seguros, nada será igual en el mundo después de la emergencia de la China moderna”, concluyó.