“La transferencia del poder global a China es la mayor transformación económico política de la historia”

2 noviembre, 2011

Durante el seminario Estrategias de relacionamiento con la República Popular China, el experto en política internacional Jorge Castro aseveró que después de la crisis de 2008 comenzó la transferencia del eje del poder global de Estados Unidos a China y “tres años después esto es el hecho central”, con lo que “se lanza así la mayor transformación económico política de la historia”.

 


El evento, organizado por el Grupo de Trabajo sobre China del Comité de Asuntos Asiáticos del CARI, reunió destacados especialistas de la política internacional para analizar los aportes de las diplomacias civil, intercomunitaria y de negocios, los desafíos y oportunidades que conlleva la estrategia enunciada en el Libro Blanco por la República Popular China y evaluarán propuestas para el fortalecimiento de la relación bilateral en los ámbitos político, económico, socio-cultural, científico-tecnológico, de la protección ambiental, la paz, la seguridad y la ayuda humanitaria.

 

 

En su conferencia Jorge Castro, presidente del Instituto de Planeamiento Estratégico, fue contundente: “Es un hecho consumado global: China crece en un año 8,9%, Estados Unidos y la Unión Europea 1,1 %”.

Asimismo, sostuvo que “se modificó la composición del comercio mundial: la mayor inserción no es entre países centrales sino entre sur-sur, lo que nos lleva a analizar qué pasará en la década 2010/2020.

Castro evaluó que en Cannes, el G20 refrendará el hecho de compartir las decisiones con el grupo emergente, que tiene en el primer lugar a China. “Resolver la crisis europea y la situación de Italia está en manos chinas, sostuvo. Estados Unidos no puede aportar al Centro de Salvataje de la Unión Europea, pero sí China”. El especialista aseguró que “en el nuevo mundo que dirige el G20 hay dos opciones para el resto de países emergentes: colaborar con el número uno, que es China o con el número dos, que son los Estados Unidos”.

También se refirió al rol de China en el G20 Arturo O’Connell, quien como asesor de la presidencia del Banco Central, ha participado en las reuniones del foro desde sus inicios. O’Connell evaluó la “participación poco activa de China” en el G20 al “no mostrar posturas definidas sobre temas que resultan importante” para el grupo. Destacó, por otra parte, que existe un campo de trabajo muy grande “para que los países en desarrollo dentro del G20 discutamos entre nosotros y llevemos posiciones conjuntas”.

El embajador Miguel A. Velloso y la investigadora Erika Imhof analizaron “El papel de los Hermanamientos” como aporte de la Diplomacia Civil. Velloso recordó el origen de los hermanamientos entre ciudades y regiones como iniciativa en los Estados Unidos y en la Europa de posguerra y recapituló sus beneficios: el intercambio de ideas, los beneficios económicos, políticos y culturales, y el trabajo para la paz.

El diplomático describió el contexto de las ciudades chinas para los hermanamientos en el futuro. “En el 2020 el 50% de la población china vivirá en ciudades. Ya hay 89 ciudades de más de un millón de habitantes y se espera que hacia el 2037 la cantidad de personas que vivirán en ciudades alcance los 880 millones”. Explicó que hoy 1.700 ciudades chinas están hermanadas, y existen oficinas de Asuntos Exteriores en cada municipio.

Complementó la exposición Erika Imhof refiriéndose a la situación en Argentina. Reportó que hay 406 ciudades o provincias argentinas hermanas, principalmente con equivalentes de Italia y España, luego Brasil y finalmente Estados Unidos. Con China la cantidad de hermanamientos se eleva a 22. La investigadora analizó los casos de hermanamiento entre la provincia de Córdoba y la región autónoma de Chongqing, entre Mar del Plata y Tianjin, entre Bahía Blanca y Dailan y entre Pergamino y Chaohu, para concluir que en la alta disparidad de las experiencias podría encontrarse el factor común de la motivación económica antes que cultural u otra, y que las provincias están en mejores condiciones de sostener los acuerdos de hermanamiento.

Florencia Rossi, del Servicio Exterior de la Nación, ofreció datos de la diáspora china: la migración al continente americano fue de 3,6 millones, mientras el resto de Asia ha recibido 30 millones de chinos. Sostuvo que en Argentina la comunidad china supera los 80.000 residentes, llegados de Taiwán, Shanghai, Guangdong y especialmente Fujian. Según Rossi existen en nuestro país 31 asociaciones comunitarias chinas —15 de las cuales relacionadas con el lugar de origen—, dos asociaciones de jóvenes y estudiantes y 16 cámaras de comercios y asociaciones por actividad. Mencionó, finalmente, que en el siglo XXI el gobierno chino alienta la radicación de empresas en el exterior, por lo que la composición de los representantes de china empieza a conjugar diplomáticos con empresarios.

Al referirse al creciente papel de la clase media china en el economía mundial, Mercedes Giuffré, de la Universidad Nacional de Mar del Plata,  recordó que la potencia global de China no es un dato exclusivo del presente: “ya en el siglo XVIII la exportación de China e India representaban el 70% de la producción mundial”. La investigadora comenzó su disertación revelando antiguos temores de Napoleón respecto de China.

Giuffré repasó la explosiva formación de la actual clase media china (en el 2001 eran 28 millones, hoy superan los 300), “un fenómeno que no se circunscribe a China, sino que es de toda Asia y alcanza a los BRIC”. También detalló el perfil del nuevo sector social: es producto de una reingeniería social iniciada por Deng Xiao Ping y continuada por el actual gobierno, está localizado geográficamente en la costa este, está formada por jóvenes (“el 70% tiene entre 23 y 38 años”) y tiene un ingreso básico per cápita de unos 8.500 dólares anuales. Giuffré, quien fue becada para capacitarse en China, ilustró los datos con impresiones personales: “vi una cola de más de dos cuadras para comprar el último modelo de cartera de Louis Vuitton —que costaba unos 8.000 dólares”.

Carola Ramón Berjano, docente de la carrera de Estudios Orientales de la Universidad de El Salvador, presentó el trabajo “Lecciones de la presencia de China en África y América Latina”, preparado en conjunto con el consultor Gustavo Girado. En la ponencia Ramón Berjano, doctora en Economía, puntualizó que el interés de China en las dos regiones está enfocado en los recursos naturales que necesita internamente y mercados para colocar su producción. “La cantidad de tierra arable para el autoabastecimiento —ejemplificó— ronda los 122 millones de hectáreas, y ya tienen cultivados 120 millones, con los inconvenientes que implican la migración a las ciudades, la desertificación y los cultivos que no tienen como fin la alimentación”. La economista resaltó la demanda de combustibles y energía de China, y detalló que el comercio con Latinoamérica no representa más del 6% en el total del comercio exterior de China (con el resto de Asia representa el 53%, con Europa el 19%, con Estados Unidos el 15% y con África el 4%). La necesidad de recursos naturales explicaría que el 92% de la inversión aplicada en el exterior sea en obras de infraestructura relacionada con la extracción de productos primarios.

Ramón Berjano concluyó afirmando que “China ya está aquí; el tema es cómo nos beneficiamos con esta situación”.

Redacción de Dang Dai

Categorías: Política

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