En pocas horas se materializaron diferentes acciones en oposición al proyecto de instalación de granjas con inversión china.

Entre otras iniciativas, en el blog Acción Biodiversidad se lanzó ayer el documento ”No queremos transformarnos en una factoría de cerdos para China, ni en una fábrica de nuevas pandemias”, convocado por artistas, activistas, periodistas, antropólogos y abogados ambientalistas.

Su objetivo es frenar un acuerdo entre la Argentina y China para producir nueve millones de toneladas de carne porcina de alta calidad, lo que implicaría para pasar de producir 6/7 millones de cerdos por año a 100 millones.

Hace dos semanas tras la reunión entre el canciller Felipe Solá, y el ministro de Comercio de China, Zhong Shan, se reafirmó la intención de establecer capacidad de producción de carne porcina a través de una inversión mixta entre empresas chinas y argentinas para producir 900 mil toneladas de carne porcina de alta calidad.

El proyecto busca aportar a una superación del actual modelo de primarización de las exportaciones a China, hoy nuestro primer comprador. En lugar de venderle a China granos de soja, se le vendería carne porcina, lo cual representa un valor agregado que beneficiaría a Argentina con mayor cantidad de puestos de trabajo, capacidad de producción de abastecimiento de las granjas, logística y demás riqueza creada a lo largo de una cadena de producción.

Para China, en tanto, el proyecto representaría un aporte a su seguridad alimentaria, considerando que la carne porcina es la principal fuente de proteínas de la dieta nacional y que en el último año una epidemia diezmó las granjas locales.

Articulada con la campaña en contra del proyecto, la periodista Soledad Barruti dice en Perfil que ”aún estamos a tiempo de dejar de entregarnos a un agronegocio suicida”, que compara con el Programa Pura Soja de 1996, “donde a raíz de un acuerdo de Felipe Solá, nos convertimos en los grandes alimentadores de cerdos de China a raíz del monocultivo de soja”.

Barruti cuestiona “todo lo que implica la cría industrial, zoonosis de todo tipo, y la resistencia bacteriana”, afirmando que “800 mil personas mueren por año por eso. Además de la contaminación del aire, agua, y profundización de un modelo agroindustrial que venimos denunciando’.

En AdSina, una nota publicada hoy por el periodista e historiador Néstor Restivo analiza el tema en profundidad.