En sendas notas periodísticas, tres importantes columnistas (Horacio Verbitsky, Claudio Scaletta y Mario Wainfeld) informaron el fin de semana que Argentina renegocia el swap con China buscando mejores condiciones.

Según el director de El Cohete a la Luna, el presidente Alberto Fernández “le escribió a su par chino pidiéndole que renovara el swap de monedas entre ambos países sin que se cumpla la cláusula que exige una auditoría del FMI a las cuentas argentinas. La respuesta de Xi Jinping lo desconcertó: Beijing accedía sin problemas y hacía saber que aquella cláusula fue incluida a solicitud del ex presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger.”

En El Destape, Scaletta cuenta la dificultosa negociación con acreedores externos, sin final cantado, y afirma que mientras Argentina no caiga en default real “facilita las renegociaciones de las deudas provinciales” -que, aclara, hicieron ofertas de pago  más altas que Nación “con el asesoramiento de los mismos que los ayudaron a colocar deuda, léase Daniel Marx”-, de las deudas empresarias y “permite la continuidad de algunos créditos bilaterales con China, que no se entiende muy bien por qué tiene cláusulas de cross default, es decir que se cortarían en caso de un default soberano. Este tipo de créditos para infraestructura son cruciales para Argentina ya que son en dólares para gastos mayoritariamente en pesos, una buena noticia para las menguadas Reservas Internacionales”.

Y en Página12, Wainfeld confirma que Argentina “acaba de renegociar un swap, chimentan en el Palacio San Martín y en la Casa Rosada”. Se refiere al tramo (uno de los dos que se acordó entre los bancos centrales de Argentina y China, por pesos y yuanes convertibles) que vence dentro de dos semanas y equivale a yuanes por unos 8.500 millones de dólares.