Ni nueva, ni ruta, ni seda

21 marzo, 2018

El profesor de la Universidad del Salvador Claudio Javier Gonçalves escribe para Dang Dai sobre el proyecto One Belt One Road (OBOR), o Nueva Ruta de la Seda, en el cual historia el proceso que llevó a esa iniciativa y aclara los términos de su nombre en español, dado el largo proceso histórico que involucra, el carácter de multivía del mismo y los bienes y servicio que hoy empieza a transportar.


“No es nueva, ni ruta, ni seda”

Por Dr. Claudio Javier Gonçalves (*)

No es nueva:

Lo que se conoce como la Nueva Ruta de la Seda (sigla para simplificar su cita: OBOR, en referencia a One belt one road, traducido como Una franja, una ruta) en realidad no es para nada nueva.

El término “Ruta de la Seda” fue creado por el geógrafo alemán Ferdinand Freiherr von Richthofen, quien lo introdujo en su obra Viejas y nuevas aproximaciones a la Ruta de la Seda, en 1877. Debe su nombre a la mercancía más prestigiosa que circulaba por ella, la seda, cuya elaboración era un secreto que solo los chinos conocían.

La Ruta de la Seda fue una red de rutas comerciales organizadas a partir del negocio de la seda china desde el siglo I a. C., que se extendía por todo el continente asiático, conectando a China con Mongolia, el subcontinente indio, Persia, Arabia, Siria, Turquía, Europa y África. Sus diversas rutas se iniciaban en la ciudad de Chang’an (actualmente Xi’an) en China, pasando entre otras por Karakórum (Mongolia), el Paso de Khunjerab (China/Pakistán), Susa (Persia), el Valle de Fergana (Tayikistán), Samarcanda (Uzbekistán), Taxila (Pakistán), Antioquía en Siria, Alejandría (Egipto), Kazán (Rusia) y Constantinopla (actualmente Estambul, Turquía) a las puertas de Europa, llegando hasta los reinos hispánicos en el siglo XV, en los confines de Europa y a Somalia y Etiopía en el África oriental.

El experto en prehistoria André Leroi-Gourhan considera esta ruta como un espacio de intercambios activo desde el Paleolítico.

Luego se sucedieron contactos chinos con países del centro de Asia, el Camino Real Persa, la época Helenística, el Imperio Romano, la edad mongola y por mar los portugueses en el siglo XVI.

Marco Polo no fue el primer europeo en recorrer la ruta, pues al menos Mateo Polo y Nicoló Polo (tío y padre de Marco, respectivamente y varios misioneros viajaron antes) habían realizado un viaje similar antes de invitar a Marco Polo a tomar parte en la segunda expedición al khanato de China. La celebridad de este viajero no se debe a su novedad, sino a la descripción del viaje y las maravillas narradas en su libro Il Milione (El millón), más conocido en español como Los viajes de Marco Polo o Libro de las maravillas.

No es ruta:

La palabra ruta proviene del francés route, que a su vez deriva del latín rupta. Se trata de un camino, carretera o vía que permite transitar desde un lugar hacia otro.

En esta oportunidad la República Popular China ha imaginado no “un simple camino” sino que se trata de un proyecto muy ambicioso que lo denomino “Víasmúltiples” ya que (podemos observar en el mapa ut supra) hay vías marítimas, vías ferroviarias y caminos para camiones (autopistas). Pero además hay “no un camino” sino “Corredoresmúltiples”.

En esta época multicultural, multipolar en cuando a los equilibrios de poder, también habrá “Multivías”, que principalmente une “EurAsia”. Pero también el continente sin frío “África” y los países que bordean en el Mar de China Meridional. Todos los viejos actores el ASEAN, APEC, etcétera interaccionarán con los nuevos como el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (BAII).

Los cuatro grandes proyectos son:

1-    El puerto de Gwadar, Pakistán,

2-    El puerto de El Pireo, Grecia,

3-    Madrid: la línea férrea más larga del mundo hasta el corazón de Europa y

4-    Desde China a Indonesia: alta velocidad por el Sureste Asiático.

Grandes embarcaciones, tráfico fluido, llevando mercancías, en zonas con importantes reservas de petróleo y gas, nuevos puertos, parques industriales y zonas francas que ya se están construyendo hacen de todo esto una “Pleonexia geopolítica”. Ya existe una expansión en todas las áreas, en contraposición al retraso del aislamiento.

No es seda:

Claro que no es seda lo que transitará por estas multivías, sino que será algo sin precedentes en la historia mundial. Más allá de que habrá un impacto en la economía mundial, objetivos chinos de alimentar a sus ciudadanos y el tema de la seguridad multinacional.

Pero la seda se transformó en energía, minerales, alimentos y armamentos entre otros ítems. La producción de acero y cemento está lista para conectarse con nuevos mercados y aliviar la sobrecapacidad de producción.

Esta ruta no solo traerá productos también traerá “conflictos” económicos y bélicos. Varios países de la región comienzan a darle mayor importancia a sus flotas.

El mundo de las alianzas siempre es complejo, pero ahora será más complejo que nunca.

“Sí la última estación de estas multivías es Latinoamérica, debemos prepararnos.”

(*) Profesor en Geopolítica de la Universidad del Salvador, socio del CARI y miembro del Centro de Estudios Chino Argentino.

Categorías: Contribuciones

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